Hola amigos. A este árbol le tengo especial cariño, aunque no sé de momento muy bien qué es. Le tengo cariño por el lugar donde lo recuperé, en las ya deshabitadas Cuestas de Orinaza, barrio mítico de Badajoz. Alguien tiró un pipo de algún tipo de fruta y éste echó raíces y comenzó a crecer. Mientras pasaron los años y poco a poco se fue realojando a las familias de las Cuestas de Orinaza en otros barrios más prometedores de Badajoz, con un poco más de esperanza y un poco menos de drogas (poco menos). A medida que fueron derribando las casetas, la escombrera iba creciendo hacia lo que en tiempos fueron las calles de la barriada. Cuando recuperé este árbol ya ni siquiera pude llegar en coche hasta donde estaba, la última de las calles por desaparecer y una semana después de recuperarlo no quedaba absolutamente ninguna de las calles, estaba todo cubierto por escombros. Si alguien de las Cuestas lee esto, que esté tranquilo, el árbol no sabe hablar (al menos de momento).
06 de diciembre de 2010.- Aquí lo tenéis, su tronco no tiene movimiento, no tiene conicidad no tiene copa, pero ya sabéis le tengo cariño. Lo que sí tiene es un tronco ligeramente craquelado que le queda muy bien en mi opinión. Como véis corté el tronco por la mitad, dejando una rama con hojas para que hiciera de tirasavias, desechando todo el tronco sobrante de la parte de arriba.
Meses después cortaría nuevamente por la mitad, poniendo la parte de arriba en agua para que echara raíces. Las echó y al ponerlo en tierra duró unos meses incluso echó brotes y bastantes hojas, pero finalmente murió. Lo único que queda ya es la parte más baja del árbol.
18 de septiembre de 2011.- Casi un año después, esto es lo que tenemos, un tronco recto, con un corte recto y unas ganas de vivir de tres pares. La malla del suelo es porque las mirlas revolvían la tierra en busca de humedad y gusanos, dejando las raíces al aire.
Vista frontal y trasera antes de comenzar...
11 de marzo de 2012.- Refinando un poquito más con la dremel...
La necesidad de trasplantar.-
Sin más tonterías (que a veces me excedo), deciros que los bonsáis igual que el resto de los seres vivos generan residuos, emitiendo parte de ellos de forma gaseosa al ambiente y dejando otra parte a través de las raíces, en la tierra donde se hallan, haciendo tóxico el substrato poco a poco. Si bien en la naturaleza, una vez que la tierra tiene muchos residuos y pocos nutrientes, el árbol hace crecer sus raíces más allá, donde la tierra es mejor, hasta un punto que no puede extenderlas más, pero los años y las lluvias han limpiado ya los residuos que había cerca así que el árbol emite nuevas raíces descartando las largas y así sucesivamente. En una maceta esto no se podría realizar, ya que la tierra que hay es la que hay, por tanto con el tiempo, se va volviendo más tóxica y menos nutriente. Además todos los abonos y el agua del riego dejan también residuos tóxicos. Otro motivo es que las raíces pueden crecer varios metros cada temporada, enrollándose por la pared interior de la maceta, dificultando el drenaje y ocupando un espacio que es vital para el bonsái. Además, las raíces son como simples tubos, por donde circulan el agua y las sales, si bien la única parte activa y capaz de intercambiar elementos, son sólo los últimos milímetros al final de éstas. Acortándolas, favoreceremos la emisión de nuevas raíces en el cepellón.
Los bonsáis se suelen trasplantar cada pocos años, determinando ese tiempo varios factores como por ejemplo la juventud del árbol, especie, si es de hoja caduca o perenne, etc. Por ejemplo un árbol que es muy jóven y por tanto, con mucho vigor, se debe trasplantar más a menudo, ya que tiene más actividad y crece más rápidamente que otro que haya alcanzado cierta madurez. Para que os hagáis una idea,
Árbol caducifolio joven Cada 1 ó 2 años
Árbol caducifolio viejo Cada 2 ó 3 años
Árbol perenne joven Cada 2 ó 3 años
Árbol perenne viejo Cada 3 ó 4 años
Conífera joven Cada 3 años
Conífera vieja Cada 4 ó 6 años
El momento ideal para trasplantar es cuando las yemas comienzan a hincharse para brotar, ya que el árbol ha comenzado ya a despertar y las cicatrices cerrarán rápidamente. Si trasplantamos en invierno, las heridas tardarían semanas o incluso meses en cicatrizar con el riesgo de infecciones y enfermedades que ello conlleva.
Y tras la teoría, la práctica. Antes de empezar el trasplante, hay que tener todo preparado, ya que cuanto menos tiempo estén las raíces al aire, mejor. Hay que asegurarse de que tenemos la tierra que necesitamos para llenar la nueva maceta, y quien haga mezcla, hacerla antes del trasplante. Yo nunca he utilizado akadama, siempre turba, si bien la que compro, drena bastante bien. También prepararemos la maceta (yo a la mía, incluso he tenido que hacerle los agujeros). Las macetas de bonsái llevan los agujeros grandes porque interesa un buen drenaje, por tanto para que no se salga la tierra, debéis poner una redecilla de este tipo, que encontraréis en cualquier ferretería y centros de bonsái.
Se corta un trozo de cobre, se hace una U y se pasa por el medio de la malla.
Y a elegir maceta, finalmente elijo la de la izquierda (a pesar de que al estilo que tiene el bonsái le pega más una rectangular), que por cierto, la compré ayer muy muy baratita, eso sí, sin agujeros jajaja.
Ahora hay que cortar dos trozos de cobre más largos, que son los que anclarán el bonsái a la maceta. Dos como el que véis abajo, formando un rectángulo al que le falta uno de sus lados cortos, y de lado corto la misma distancia que la que hay entre los agujeros de drenaje.
Se pasan los extremos por los agujeros de drenaje.
Damos la vuelta a la maceta, y sacamos los extremos hacia arriba. Para evitar que se vuelva a salir el cobre y para que no nos moleste durante el trasplante, doblamos los extremos hacia afuera de la maceta.
Pasamos el segundo trozo de cobre de la misma manera, en la foto de abajo, quedarían los dos extremos de un trozo de cobre, doblados hacia abajo, y los dos extremos del otro trozo de cobre, doblados hacia arriba (como veréis más adelante).
Terminada la preparación de la maceta, empezamos a sacar el bonsái (si es una maceta blanda, mejor apretar un poco por los lados y sacar todo el sustrato agarrando por el tronco). Yo he utilizado el cuchillo a modo de hoz de bonsái para despegar la tierra de la maceta, si bien de esta manera siempre se puede dañar alguna raiz. En mi caso el bonsái no estaba anclado con cobre, si lo estuviera, simplemente habríamos cortado el cobre por la parte de abajo de la maceta para desanclar el árbol.
Pues bien, aquí tenemos el ejemplar. Con un palito de bambú (o lo que tengáis a mano que no dañe las raíces), se va retirando la tierra, con mucho cuidado de no dañar las raíces, y en caso de que haya muchas raíces, habrá que irlas desenredando y "peinando" con el palito. Valen los palitos de comida china, que también venen en las tiendas de chinos a muy bajo coste. Yo como soy un poco vago y por no ir, utilizo el palo de un pincel (para quitar el sustrato uso un lado del pincel que es redondeado, y para luego introducir el sustrato entre las raíces, utilizo el otro extremo del palito, que es recto, con un corte seccional y empuja mejor la tierra).
Como no quiero manchar mucho, hago el trabajo dentro de un cubo, tirando toda la tierra dentro.
Ya se van viendo las primeras raíces. Las blancas son las buenas, las que están más sanas.
Y esto es lo que me ha quedado. No pensaba que tuviera tan pocas raíces, pero bueno, es que sólo lleva un año conmigo y lo planté sin apenas ninguna raíz... Al menos, todas las que tiene salen de la zona que quedaba más superficial, por lo que puedo cortar todo el tocón y bajar bastante el árbol en su nueva maceta.
Ya va teniendo algunos anillos...
Cubro toda la zona exterior por donde circula el cambium para evitar la pérdida de savia y el riesgo de infecciones. Yo trabajo con plastilina, en este usé cera (de los quesitos... pero ya no la aconsejo porque lleva una especie de aceite que se absorbe por las zonas donde se aplica dejando una fea mancha durante bastante tiempo. Con la cera normal, de velas o bloques de depilar creo que esto no sucede. COMO HE DICHO, ACTUALMENTE USO PLASTILINA Y VA GENIAL) , se suele emplear pasta cicatrizante.
Decido cortar un trozo de raíz y sello el nuevo corte también con cera.
Ponemos un montoncito de tierra para apoyar el bonsái.
Dado que no quiero dañar las raíces y apenas hay donde sujetar el bonsái con el cobre para anclarlo, pongo un tornillo a cada lado y pasaré el cobre por encima de éstos. Aquí se aprecian bien las raíces.
Y ya tenemos un tornillo a cada lado, esto parece Bricomanía...
Y el bonsái anclado a la maceta con el cobre. Aquí quiero matizar un par de cositas; es importante que al empalmar los trozos de cobre, no nos llevemos las raíces con éste, las que tendieran a quedar fuera del lazo que hará el cobre, sacarlas fuera, ya que si no las asfixiaremos o le daremos una forma antinatural, sufriendo más el arbolillo. Y en segundo lugar, es importante llegados a este punto ir fijando el árbol poco a poco y buscando siempre la posición que queremos que ocupe en la maceta y la inclinación deseada.
En mi caso, la raíz gruesa de la que salen gran parte de las finas, pega con la pared de la maceta, si bien no quiero cortarla más, para que no sufran las raíces finas. El problema es que al pegar ahí, el árbol queda excesivamente inclinado hacia el lado derecho, si bien esto lo he solucionado con un tensor como vamos a ver más alante.
Aquí se observa bien el cobre comenzando a agarrar el árbol, si bien aún hay que apretarlo con el alicate enrollándolo a modo de empalme.
Y a poner el nuevo sustrato. Como os decía, hay que ir "picando" con el palito para que vaya introduciéndose la tierra bien en todos los huecos. Si bien aquí había pocas raíces y no habría sido muy necesario, también se va introduciendo la tierra bajo el arbolillo, así que nunca viene mal hacerlo.
Y un primer riego muy abundante, hasta que salga bastante agua por los agujeros de drenaje, se aconseja regar hasta que el agua salga limpia. El hecho de regar tras el trasplante es porque el nuevo sustrato reseca las raíces, además con el agua, la tierra se asienta. Aquí se observa el tensor que le he colocado tirando del árbol para doblar la raíz gruesa y que éste tenga menos inclinación.
Si os fijáis también en la cera que puse bordeando toda la parte viva, ésta se queda perfectamente fijada, no dejando entrar humedad ni infecciones. Con el tiempo se irá poniendo más oscurita y se irá perdiendo a medida que el árbol vaya cicatrizando las heridas.
Como futuros trabajos, aparte de densificar la copa, claro está, quiero bajar un poco más la zona muerta de la parte izquierda, justo hasta la base de las ramas de ese lado. También creo que voy a quitar la rama seca que sale del nebari, puesto que como zona muerta creo que no quedaría muy bien, o si acaso una zona muerta muy pequeñita. Y por último y como ya tenía en su anterior maceta, tensores en todas las ramas, abriéndolas un poquito más de lo que están..
Y por hoy creo que estamos listos, un saludo y espero que hayáis disfrutado tanto como yo. Aquí os dejo la comparación, el antes (06-12-2010) y el después (11-03-2012).
Pablo Hernández.
Desconozco si te llega este comentario, si es así enhorabuena, Pablo eres un crak
ResponderEliminarSaludos
Victor.
Recibido, muchas gracias. Te animaste a hacer el líquido de jin??
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